miércoles, 15 de diciembre de 2010

Nelson

En Wellington nos tomamos el “Interislander” para cruzar por mar hacia la isla del sur, un Ferry enorme de 10 pisos que une las 2 islas en 3 horas de viaje. Tuvimos una media hora de ondulaciones acentuadas en el medio del viaje, en la que hubo que turnarse para corretear a Kala por todo el barco; a ella le divertía el vaivén del piso mientras a nosotros nos dio algún que otro mareo. El Ferry nos dejó en Picton desde donde tomamos un bus interurbano hacia Nelson, 2 horitas y media más de viaje que fueron difíciles hasta que Kala se durmió. Recorrimos paisajes montañosos por rutas zigzagueantes hasta llegar a destino. Los paisajes son todos bellísimos en Nueva Zelanda, no tiene desperdicio este país!
Nelson es un pueblo con onda. La gente te sonríe y es amable todo el tiempo, indefectiblemente a los lugares los hace su gente. Está rodeado de montañas, todo el pueblo y sus alrededores ostentan una vegetación increíble entre alpina y tropical, las calles principales tienen negocios atractivos, hay opciones culinarias para todos los gustos, se consiguen vinos muy buenos por estar en las cercanías de Marlborough Sound, una de las zonas más importantes de viñedos en el país, y estás a 5 minutos de playas bellísimas. El plus de Nelson es que tiene un microclima que te permite vivir todo el año a temperaturas agradables. Esta combinación de encantos ha atraído a muchos artistas y artesanos a la zona, hay obras de arte en vidrio soplado que son una maravilla, está la joyería que diseñó los anillos del “Señor de los Anillos” y los trabajos en cerámica tomaron protagonismo por la abundancia de arcilla en la zona. Algunos dirán que en Nelson no hay nada para hacer, pero si uno tiene un alma artista percibe ese gusto por la creatividad que perfuma el aire y no puede resistirse a su encanto. Lo que era un paso de un día terminó siendo un remanso de tres.
Cerca de Nelson está el Parque Nacional Abel Tasman, con playas doradas que abrazan un mar sosegado. Hay muchas caminatas propuestas por el parque, lo que resultaba difícil con Kala, asi que nuestra opción elegida fue ir a pasar el día a la soñada playita de Kaiteriteri, la que describen como “la mejor de NZ”. Nos gustó mucho, es una preciosa bahía desde donde salen todas las excursiones hacia los distintos puntos del Abel Tasman, pero Hahei en Coromandel no tiene nada que envidiarle.
En Kaiteriteri hay una sucesión de pequeñas bahías formadas por morros que llegan al mar, costeados por rocas que enmarcan el océano. Elegimos una de esas bahías que fue solo nuestra por algunas horas y juntamos caracoles hasta que el sol nos permitió.

2 comentarios:

  1. NO LO PUEDO ENVIAR!!!!!!!!!!!CADA VEZ MAS CORTO,HABIA ESCRITO UN MONTON sIGAN DISFRUTANDO Y ESCRIBIENDO!!!!!!!!!!!

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  2. Les esbribo con Tita a upa! Nelson! Cuantos recuerdos!!! Es tal cual lo perciben! Gente amable y de espíritu artista...cuando llegamos con Mariana hace 4 años salimos a caminar y encontramos de casualidad un festival de jazz en uno de sus parques! Un regalo para nosotras! Mucha gente, familias enteras, sentada en lonas y reposeras, con picadas y hasta copas de vino prolijamente apoyadas en el pasto en su posa copas! Había puestos de comidas típicas de distintos países. Y la música! Hermosa! Varios grupos tocaron, empezó a lloviznar, siguieron tocando, después a llover y siguieron tocando! Muchos nos pegamos al escenario que estaba bajo una gran carpa, bailando...era una fiesta! Hasta que terminó y llovía a cántaros y si mal no recuerdo, nos volvimos al hostel caminando empapadas! Inolvidable! Todavía conservo el folleto del festival de jazz!
    Les mando un gran abrazo

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